viernes, 13 de noviembre de 2015

Para qué los profesores y profesoras si ya tenemos libros de textos. Torres Santomé J.

En la entrada anterior subimos la presentación sobre el análisis y comparación de dos libros de texto. En cuanto a las aportaciones de los demás compañeros hemos podido comprobar que los diferentes libros que han comentado siguen el mismo esquema tradicional que los nuestros y que plantean una secuencia de aula en la que el profesor expone el contenido mediante una clase magistral para que después los alumnos realicen unas actividades.




Comentamos que aunque muchos de los libros proponen enlaces y actividades para trabajo cooperativo realmente aparecen al final del tema, como algo secundario y no demasiado importante. En uno de estos libros aparecían incluso actividades inspiradas en el informe PISA, con lo que queda muy evidente la idea de instruir al alumnado para que sea capaz de superar esta prueba y obtener mejores resultados.

Como observamos, los libros de texto representan la idea que trabajamos en la sesión de clase del día 5 de noviembre de 2015 cuando analizábamos el texto de Jurjo Torres Santomé: “Para qué los profesores y profesoras si ya tenemos libros de texto”.  Este texto, realiza un análisis de lo que representan los libros de texto y aunque tiene bastantes años sigue siendo actual la visión del autor en muchos aspectos, ya que aunque en la actualidad los libros no precisan autorización administrativa, que resultan de una selección y validación de la cultura. Así los libros de texto se explican más por lo que excluyen que por lo que incluyen, y son las editoriales quienes lo  determinan y detrás de las editoriales están los grandes grupos de comunicación y la Iglesia.

En nuestro país la Iglesia ha tenido y sigue teniendo una gran influencia en la educación, asimismo la dictadura a la que estuvimos sometidos tenía un aparato legislativo que imposibilitaba cualquier “innovación” en los contenidos culturales.

Con la Transición Democrática seguimos con lo mismo, pero la Constitución pasa a ser la norma. El estado es quién define lo que debe ser un ciudadano educado a través de las “enseñanzas mínimas” estipuladas en la legislación y por otra parte, las condiciones de trabajo de un profesorado, con un régimen laboral sobrecargado de horas de docencia y de número de alumnos, hace que sean las Editoriales a través de los libros de texto las que interpreten los contenidos mínimos.

Tanto se ha generalizado el uso del libro de texto que se ha convertido en la “norma” hasta el punto de que los padres denuncian y critican a los profesores que no los utilizan. En nuestra sociedad surgen iniciativas propuestas por las asociaciones de padres de alumnos y la Generalitat para que la compra de los libros de texto no suponga un desembolso tan elevado para la economía de las familias, pero realmente no parece que estimen la posibilidad de que una solución posible sea que los niños y niñas no necesiten el libro de texto para aprender, o por lo menos que no tengan que tener un libro de texto determinado para cada área o materia. Como nos comentó Carles, nuestro profesor, según su propia experiencia, podría ser una buena solución que en el aula se tuvieran libros de texto de varias editoriales, junto a otros manuales que sirvieran como  consulta en los trabajos de los alumnos en el proceso de enseñanza-aprendizaje que el profesor considerara más provechoso. Aunque en la actualidad con las tabletas e internet podría también ser de otra manera. Una compañera sugiere la idea de que se persigue que prevalezca el libro de texto porque parece que se tema que las nuevas tecnologías lo desplacen.

De todas formas, como comentamos lo que más influye en la opinión de los padres es su experiencia vivida como alumno y por eso reclaman para sus hijos la educación que ellos tienen como referencia. Con los libros de texto perciben que pueden seguir la evolución escolar de sus hijos y piensan que les ayuda a participar del proceso educativo,  por eso para que concibieran el aprendizaje sin los libros de texto sería fundamental la comunicación entre las familias y el centro en un intercambio de información y participación que beneficiara a todos en general y al alumnado en particular.

Pero contrariamente lo que viene sucediendo es que los libros de texto representan un beneficio económico asegurado para las editoriales por la gran cantidad de gente que los utilizan y porque además, su corta vida ahora se garantiza incluyendo ejercicios que se resuelven en el propio libro, evitando que pueda ser utilizado posteriormente por otro alumno. Así pues, las editoriales luchan por reclutar clientes y ofrecen ordenadores y otros regalos a cambio de la compra de sus libros a los colegios y asociaciones que las eligen.

Se ha comentado que han sido tales los beneficios generados por las ventas de libros de texto que editoriales como Anaya y Santillana construyeron todo el imperio de comunicación que poseen en la actualidad, con lo cual podemos pensar que no solamente controlan los contenidos de los libros de texto, también la comunicación que recibimos puede que sea la que se considera apropiada que llegue hasta nosotros.

En el texto el autor nos habla de los libros de texto como un “producto político”, pues son utilizados por los grupos que controlan el poder para reproducir sus valores, concepciones y prejuicios. Habla de libros clasistas, racistas, militaristas. Hablamos de que sigue siendo así pero de manera más sutil pues intentan no mostrarlo tan abiertamente. No obstante podemos ver por ejemplo ilustraciones que muestran trabajos o tareas que se asignan a los hombres o a las mujeres encasillándolos por género, también en la historia vemos una visión homogénea de ciertos colectivos y muchas veces la referencia a la presencia de la mujer queda excluida. Y ocurre que lo admitimos en ocasiones como normalizado.

Afortunadamente la escuela no funciona como una máquina de robots, aunque sabemos que es un aparato de reproducción social, en ella hay personas que cuestionan y tienen diferentes maneras de ver el mundo. Así ocurre con los Movimientos de Renovación Pedagógica presente en nuestra sociedad desde los años 60 del siglo pasado,  que plantean un nuevo modelo educativo inmerso en proyectos culturales y comunitarios alternativos, dejando a un lado el aprendizaje tradicional y las clases magistrales.

No obstante parece que lo libros de texto perdurarán en nuestro sistema educativo como podemos constatar en la noticia que esta mañana anunciaba que la Generalitat Valenciana ha ampliado al 19 de noviembre el plazo, que expiraba hoy viernes, dado a los ayuntamientos para solicitar su adhesión al programa XarxaLlibres.

XarxaLlibres es un programa de gratuidad de libros de texto dirigido a la creación de un banco de libros y otros materiales para alumnos de Educación Especial, Primaria, Secundaria y Formación Profesional Básica en los centros docentes públicos y privados concertados de la Comunidad Valenciana. Está cofinanciado a partes iguales por la Generalitat Valenciana, las diputaciones y los ayuntamientos.


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